Bajo el Fuego Cruzado
Angola, frontera sur. 14 de julio de 1981.
El eco de la batalla aún resonaba en las calles de São Pinto. Los rebeldes, aunque rechazados, seguían acechando como sombras. El sargento García, endurecido por años de servicio, lideraba un escuadrón que se adentraba en la ciudad, atraído por una columna de humo que se elevaba entre las casas.
El BTR, un mastodonte blindado, se detuvo ante una barricada que bloqueaba la calle principal. García, junto a Chamorro y Ramírez, descendió del vehículo. El BTR los cubriría desde lejos.
Avanzaron con cautela, cada sombra, cada ruido los ponía en alerta. Al final de la calle, un Land Rover ardía con furia. Con toda probabilidad, era un vehículo de UNITA, abastecido por los sudafricanos. Chamorro se acercó al vehículo para inspeccionarlo. De repente, un rebelde emergió de unos matorrales cercanos. García reaccionó rápido, neutralizándolo con un certero disparo.
El sonido de los disparos era una alarma para los rebeldes ocultos. Un cohete RPG silbó por el aire, impactando cerca del BTR. García comprendió que estaban rodeados. "¡Retroceder!" gritó, su voz cortando el estruendo de la batalla.
Los hombres corrieron hacia el BTR mientras este daba media vuelta. Las balas llovían sobre ellos, hiriendo a varios cubanos. El BTR, maltrecho pero resistente, avanzó a través del fuego cruzado. García, con un movimiento rápido, eliminó al rebelde que empuñaba el RPG antes de subir al vehículo.Chamorro y García habían sufrido heridas leves, pero Gutierres estaba grave. Una bala le había atravesado el brazo y otra le había infligido una herida profunda en el estómago.
A pesar de las bajas y las heridas, la misión se había cumplido. Los cubanos habían localizado y eliminado a un grupo de rebeldes.
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Matt