Guerra de las Malvinas: Avances británicos en medio de la tensión diplomática
30/04/1982. Londres, BBC News . —
La situación en el Atlántico Sur continúa siendo crítica, mientras las fuerzas británicas logran avances significativos a pesar de las adversas condiciones meteorológicas.
El mal tiempo en la región ha causado serios problemas a la flota de la Royal Navy, afectando en particular a los aviones de combate Harrier dispuestos en las cubiertas de los portaviones que han sufrido daños ligeros por el fuerte oleaje.
A pesar de estos contratiempos, la presión militar y diplomática sobre Argentina se intensifica.
En el frente diplomático, Londres está redoblando sus esfuerzos para alcanzar una solución negociada. Las conversaciones de paz bajo el paraguas de la ONU continúan, aunque el enviado de Estados Unidos no se ha mostrado favorable a los intereses británicos. Por su parte, el presidente francés, François Mitterrand, ha expresado un firme apoyo a la postura del Reino Unido, endureciendo el embargo de armas sobre Argentina.
En el plano militar, la ofensiva británica ha cosechado su primer gran éxito. El bloqueo naval impuesto por la Royal Navy, junto con el hundimiento del submarino argentino ARA Santa Fe, ha sido decisivo para la rendición de la guarnición argentina en las islas Georgia del Sur. Una compañía de marines del 42 Commando ha desembarcado en la zona y ha asegurado el control de las islas.
Para mantener la presión, las fuerzas especiales británicas han lanzado un audaz ataque. Un grupo del Servicio Aéreo Especial (SAS) llevó a cabo un asalto en el aeródromo de la isla de Pebble, destruyendo un total de once aeronaves argentinas: seis aviones Pucará, cuatro Mentors y un Skyvan. El ataque causó también daños considerables en la pista de aterrizaje y en las instalaciones del aeródromo, mermando significativamente la capacidad aérea de Argentina en la zona.
La respuesta de Buenos Aires no se ha hecho esperar. Argentina ha aumentado el despliegue de soldados en las Malvinas.
Aunque su armada aún no ha sido movilizada en alta mar, lo que deja a las islas vulnerables a futuros ataques navales británicos. La incertidumbre sobre el próximo movimiento de la flota argentina mantiene la tensión en su punto más álgido.
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